domingo, 27 de diciembre de 2015

Estoy aburrido, estoy decepcionado, vivo traicionado. El amor promete, escribe historias, se pasea por mi vida bien vestido suspirando ilusión. Amo mal, me enlaza la locura, me atrae la incertidumbre y me destruyen los portadores de las preguntas que no son asunto mio. Y mis celos, esos malditos compañeros de penurias, y el asco que me provocan los besos inadecuados, los que no son aquellos dulces manjares de mi amante distante. Esos que son encontrados, besos encontrados porque fueron buscados, provocados, incitados, sugeridos, cultivados y que sin embargo, en el ultimo momento, hubiera preferido rehusar, no dar, no entregar y huir. Ah las huidas, las corridas, las bombas de humo, mis juegos de escapismo frente a la sola posibilidad que algo se lleve conmigo o contigo el deseo en su realización. El verdadero terror a oficiar de causa del brillo de tus ojos, del tropiezo de tu voz o destinatario de los dones que sin ser lo que quiero no paro de pedir. Es el rechazo el tormento, es el saber la pasión y es acaso el amor mi tema para dos. Aunque bien, llegando a los finales de cada Corin Tellado, miro hacía atras felizmente insaciable, vacío y con la triste sensación de falsedad que caracteriza a nuestro mundo para mis modos.

sábado, 12 de diciembre de 2015

Yo NO quiero nada

Frase equivocable si las hay. Vale apreciarla un segundo en su complejidad para desentrañar los secretos que esconde a la vista de todos los que al pasar la escuchan y creen que entienden (ni hablar de los que 'entienden' al decirla).
Lo primero a remarcar es que empieza con un 'yo'. Ahi va, el burro por delante pa'que no se espante. El yo, que no sabe de otro mas que de su ombligo y poco ha de importarle otro aunque pretenda que si. Yo, que ama a igualdad y semejanza de lo que dice querer, desconociendo en el tránsito que no sabe. Pedante y egolatra, ciegamente equivocado, se adelanta a ser lo primero en ser enunciado, como si eso fuera garantia de algo.
No. Palabra límite. Palabra demarcatoria. Ella señala, orienta, regula un transito: el imposible. Esto NO, por acá NO... querer, NO. Que ella señale lo prohibido no quita que podamos coquetear con franquearlo, derribarlo, mancillarlo, esquivarlo, desconocerlo o lisa y llanamente... desobedecerlo.
'Quiero' es un verbo complejo de conjugar. Su afirmación en presente no descarta el futuro, a veces lo promete y otras le teme, tiembla al enterarse que la conjugación futura podría no ser perfecta o no ser a secas. Quiero, presente, no puede decirte que no hubo un quise ni que ese esté tan claramente en el pasado, allá con lo olvidado. Bien sabemos que un quiero desmemoriado es un quise queriendo querer de nuevo.
Finalmente 'nada'. Triste lo que queda en el final. Nada. Que, por lo demas, tampoco sabemos qué es. Las cosas mas cercanas a ella son las que comprometen el vacío propio, el limite de todo sentido, el final del camino. Un moño nos ata la garganta y solo queda enmudecer. La nada tal vez sea esa tendencia destructiva que nos habita y nos lleva a los finales de los cuentos.

Para quien escucha otro lugar posible, quien 'NO quiere nada' (aunque lo ignore) querria en principio alguna Otra cosa que rescate su cuento del final funesto. Sin embargo, prefieren varios sordos preservarse en la precaución que hacer un salto al vacío. Y si esa es la decisión, por mas corazón que haya... hay nada.


domingo, 29 de noviembre de 2015

En el espejo de sus ojos encontrar el que fuiste sin saberlo...

La sensación de ver a quien fue elegido como amante mirando hacia otro lado. El sentimiento de enorme tristeza, de golpe duro y seco, el amarre de las tripas tensándose. Yace ahí, ya sin mí, libre para reencontrarme en cualquier esquina y proferir un devastador 'hola'. Lo único aun mas doloroso que este silencio que nos separa sería que un día el mismo se quiebre, que un día la distancia desfallezca, que nuestra esquina nos reencuentre y tengamos que honrar lo poco o mucho que nos llegamos a querer diciéndonos palabras amables (sentidas o no). El corazón se reparte en los distintos bordes del mundo que te cruzaron con otros. Solo así se explica que un buen día al darte la vuelta descubras al extraño amante que fuiste habitando lo ojos de quien, poco o mucho, te deseó.

viernes, 27 de noviembre de 2015

()

(...) (serenos) (ser en nos) (ser es no) (seres no) (cerezo) (ser eso) (ser es o...) (seres o...) (seres) (ser es) (se res) (se reza) (se riza) (sé risa) (se roza) (ser osa) (ser rosa) (cerros) (eros) (error) (el horror) (el horno) (él hoy no) (él coimó) (él colmó) (el colmo) (el cómo) (¿cómo?) (como) (si, como) (no, como) (si, ¿como no?) (el cono) (él, ¿con?, ¡no!) (con él no) (con Noel) (sin Noel) (Noel sin 'sin' ni 'con') (Noel sólo) (Noel acompañado) (no, él acompaña) (él no acompaña) (él no, acompaña) (acompañá, él no) (...)

Tiempos construidos, nunca compartidos

El tiempo es una construcción y, de hecho, es una que surge con la construcción misma. El tiempo es una cosmografia, es una de las maneras con las que hemos dado a escribir la existencia en este mundo. Muchos intentan restarle sentido a este factor inexorable basados justamente en su artificialidad y aun asi, como la mayoría de las cosas sin sentido, el tiempo tiene un sentido: el progrediente. Nuestra intención al inventarle al tiempo su nombre es justamente sacar del medio lo que mas fuertemente nos golpea de él. Hemos ficcionalizado la eternidad donde solo existía un movimiento imposible de detener. Inventamos la capacidad de ponerle pausa a lo que no la tiene. Y surgen asi los usos del tiempo: el aburrimiento y la distracción como las formas privilegiadas de perderlo, la planificación morosa que - en una interesante torsión - lo adelanta para no llegar a él (al menos no con el corazón al descubierto), los desencuentros en cuanto modo de que se nos escape de las manos, la cita que lo detiene, localiza y aparta, los "demasiado pronto" que nos demoran, los "demasiado tarde" que nos aniquilan, etc. El tiempo pasó de ser un movimiento silencioso y decidido a tener un nombre y luego, usos en consonancia con nuestras grietas e indecisiones. 
Le hemos exigido se encarne en algún objeto que, en general, cumple con una característica central: hay algo cíclico en él. ¿Pero es acaso el tiempo cíclico como su objeto? Si hay algo de real en el tiempo, algo de inevitable, algo de indecible es que es discontinuo. Su discontinuidad esencial radica en la simple razón de que él avanza sin volver, no detiene su curso. Es este incesante ser del tiempo el que hemos tratado de asfixiar en relojes. Y ellos tanto han creído nuestro cuento imaginario de que son sus amigos que han instalado un agujero en nuestra ficción para alojar lo discontinuo. Lo cíclico, nos suelta la mano a las locuras de época y se alinea con lo real, que nos escenifica obscenamente en cada movimiento de nuestra creación. La arena que pasa por el orificio nunca lo hace de la misma forma y una vez cada tanto todo debe darse vuelta. Las agujas y los numeros vuelven una y mil veces a pasar por los mismos lugares y, sin embargo, siempre con un trayecto adicional en su haber. 
La percepción de esa inexorable imposibilidad de volver hacia atrás del tiempo es la sensación de la angustia sobre el cuerpo. Esa es nuestra señal de que el tiempo pasa y sin retorno. Podemos sufrirla, acallarla, anesteciarla, obviarla, taparla con nuestros usos fantasiosos del tiempo. Por no saber usarla es que la perdemos como trampolin que nos liberaria de nuestros des-tiempos. Huimos de ser seres en el tiempo hacia la eternidad inexistente de los sueños y bien sabemos que no hace falta dormir para soñar. Lo que intentamos obviar es que para vivir es necesario, ocasionalmente, despertar.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Mas de lo mismo

Solemos hablar con palabras imprecisas, vagas, equívocas, locas, tontas, pero sobre todo... injustas. Las mas de las veces decimos la palabra que nos ha dicho antes de ser, la que nos arrancó (d)el silencio. Prestamos cuerpo al deseo de los que nos han dirigido lengua y pasión, a los que nos han tomado como causa y han transmitido algun modo mas o menos enmadejado de querer. Hacemos de nuestro ser como causa el martirio de existir, corremos en círculos para escapar de lo que no podemos dejar de encontrar como partida (sola, sin llegada). En cada vuelta se repite la tristeza de no encontrar mas que una diferencia que intentamos volcar en el molde de un pasado mal cicatrizado que hace eje de nuestro sufrir parlanchin.
Solo por amor, ese no religioso, que no pretende nada 'a igualdad y semejanza', puede el perro dejar de perseguirse la cola. Solo con alguna caricia que sonroje el corazón pueden los amantes encontrar sus justas palabras, esas dos o tres (o cuatro, o tal vez una y solo una) que toca la verdad de sus encuentros resonando en cada cuerpo. Elevar el vulgar piropo a la palabra que elijo para nombrar que hay lo que sin nosotros no existiría, me aleja de ser siempre, para siempre y cada vez ... mas de lo mismo.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Piloto automático, lógica circular que escupe a su pasar seres iguales que conoció distintos; máquina de inventar alguienes iguales que exciten sin demasiada confrontación con lo distinto; amores ficcionales como respuesta a lo verdaderamente inédito que reside en lo que no queres mirar. 
Quien ha sido atrapado por la reproducción vive privado de crear lo bello de lo incómodo, lo desprolijo de lo posible y lo extraño de ser extraños en el amar. Amar con mayúsculas es saber encontrar en otros las minúsculas que resuenan y hacer poesía con ellas. 

lunes, 11 de mayo de 2015

Me escribe

El escribe, me escribe, cada vez. Siempre estoy, soy su inspiración, su devoción, su mas tierna ilusión, su tortura. Soy su idea insomne, su referente, su pivote, su arena, su escenario. Soy el capricho y la razón. Causa infame y consecuencia sangrienta, objetivo y recorrido, arrojo y freno, alma y cuerpo. Mas de una vez lo he contemplado allí, recluido en su sombra, esperándome. Suele gritar cuando no llego cuando quiere, como quiere, como le convengo pero siempre termina admitiendo que tengo un sentido de la oportunidad mucho mas acusado que él. Podrá intentar, pero nunca logrará prescindir de mi. Soy historia e histeria. En ocasiones me pregunto por qué sufrir como sufre. No es mi deber entenderlo, pero no puedo negar que es algo molesto ser testigo de su deterioro cada vez que quiere que aparezca. Me pregunto por qué tanto silencio. Me pregunto si valgo la pena. Admito que me gusta visitarlo, pero lo hace tan difícil y dura tan poco que tras mi partida y sabiendo cuanto cuesto... no entiendo por qué se sometería a elegirme otra vez. 
Una oficina, una camisa, una corbata y algún pantalón que no diga nada excepcional. Eso solo bastaría para no verme mas, conocer a alguien y dormir en algún lugar mas común, menos excepcional. Dormir, de un tirón, ocho bellas horas, durante la noche. Algún hijo, alguna estabilidad. Menos hambre, menos tristeza. Mas momentos mundanamente alegres y menos existencialismo de literatura. "Soltá la alteración, no te cuesto un precio justo" le diría. Las excepciones tenemos la particular característica de problematizar vidas, de llenar los caminos de preguntas hasta empujar a un abismo profundo y oscuro. No es sin tu sufrimiento, no es sin que te retuerzas, no es sin mi que tomas el camino hacia la locura. Soy lo peor, lo incierto, soy sin garantías, estoy sin tiempos, floto y aterrizo para detener el salto al vacío. Solo en ese momento todo se paraliza, él se para del piso y desde donde sea que esté avanza hacia el papel y toma nota del chorro irrefrenable de mi esencia en su fantasía. Su creación. Soy el, que me escribe para escribirse, sin saber que el ya esta escrito en mi mucho mas allá de su propio corazón y mucho mas acá de nuestro entendimiento todo.

jueves, 12 de marzo de 2015

Creo en las ilusiones, en los sueños, en lo que de ellos cobra carácter subversivo. Creo que si tuvieramos menos miedo de frenar y mas ganas de experimentar, habría mas anécdotas que valgan la pena contar. Creo que si hubiera mas 'Hola' a las 10am en un subte que a las 5.30am en un boliche, definitivamente no existiría tanta gente quejándose de lo triste que es no tener con quien compartir un desayuno. Tantos dispuestos a llorar bajo el árbol de los cerezos por los amores que no han podido ser, pero ¿cuantos dispuestos a hablarle porque si a alguien en la plaza? "Te escribo y no me contestas", "me clavas el visto", "me dejas colgado", "no me escribis lo suficiente", "¿a quien le escribis?", "te conectaste por ultima vez a las 15.39"... faltan besos en el colectivo y no respuestas inmediatas. ¿No da la impresión de que lo que sobran son palabras que nos separan en lugar de esos silencios donde no queda nada por decirnos? La vida sería mas sencilla si en lugar de reclamar un mensaje cada tanto pidieramos amablemente una caricia. Abrazame porque está bueno, cebame un mate para charlar, apagá el teléfono mas seguido, acompañame en un viaje místico al chino de acá a la vuelta. No existen las escenas románticas que vemos en la tele porque nos hacemos la pelicula mas de lo que la protagonizamos. No se cuando ganó tanta prensa el reproche y perdió quorum la ronda de chistes.

A veces, cuando no soy un histérico, pienso mas así.

martes, 3 de marzo de 2015

¿Sabes como se siente la profunda insatisfacción? Ese sentimiento de nada surcando el cuerpo, ese gusto a poco secando la boca, la angustia enredando la garganta. ¿Conoces el quiebre corporal del encuentro con la posibilidad de ser feliz desperdiciada en un empuje a lo triste? La gelida brisa húmeda de las lágrimas que no ha dejar de reprimir el corazón entre mascaras que sonrien falsamente engañando a la vida. ¿Cómo podría hacerte entender que vale la pena mi pena, que solo es cuestión de tiempo, que no es solo poesía barata y malas decisiones? ¿Me creerías si afirmara con mi vida que detras de todo el decorado se esconde la belleza que has de encender?

¿Cómo convencerte de que mis quejas son parte de la genuina sonrisa que amaga a faltarme? ¿Cómo hacer para invitarte a quedarte sin decírtelo?

¿Cómo se propone amor si por definición (y defecto) no trae garantías consigo?

lunes, 16 de febrero de 2015

Ojitos tristes

Hay un lugar muy triste que todos tratamos de evitar y sin embargo no sabemos cómo se ve. Extrañamente, sabemos de él solo por el efecto de un espejo difícil de ignorar. Es solo cuando la miseria de la propia situación se refleja en la mirada de otro que tomamos contacto con el profundo vacío que nos habita. ¿Cuántos han de evitar exponer las lágrimas, afirmando que no les gusta llorar, cuando en realidad lo que les disgusta es el público que esas lágrimas puedan convocar? ¿Cuántas veces ocultamos la mirada, dejándola en blanco, como quien mira hacia las profundidades del cráneo, para sacarla del intercambio con quien pudiera sancionarla como "ojitos tristes"? ¿Y acaso no existen seres algo grises, que no pudiendo disimular la tristeza que abunda en todos los rincones de su cuerpo, se recluyen del mundo entre estridencias e independencias?
Solo lloramos para otro cuando hemos podido amarlo. Allí en el amor, donde las lágrimas son solo un signo más de que lo que me hace falta... sos vos.

martes, 13 de enero de 2015

Después de una entrega divertida a las nadas que habitan las bocas de los fumadores, esa noche que dejaba paso al día, el decidió sentarse en un banco al costado del camino naranja. Intentó recuperar lo que extravió en su plan nocturno, pero nadie le devolvió lo que pedía. Y de repente alguien, en la mitad del transito por su propia vida, se detuvo a mirarlo y lo llamó. Él (ya no sabemos bien cuál) decidió reírse de la picardia con que este espectro le hablaba y emprendieron un viaje compartido. La mejor decisión que puede tomarse en el amor es escribir la historia de la caminata desde el momento ultimo anterior a que te toman de la vida y te arranquen del grisáceo silencio que reina en la soledad. La música del otro convoca oscuramente a brillar en los deseos de otro que sin querer, sin saber, sin preguntar, nos ha tomado como su amante. La única luz que puede alumbrar a estos dos que se toman la mano es esa que no se puede sacar a relucir cuando conviene. El amor no es un inconveniente aunque los tenga, pero tampoco tiene que ver con la conveniencia.