jueves, 19 de noviembre de 2015

Mas de lo mismo

Solemos hablar con palabras imprecisas, vagas, equívocas, locas, tontas, pero sobre todo... injustas. Las mas de las veces decimos la palabra que nos ha dicho antes de ser, la que nos arrancó (d)el silencio. Prestamos cuerpo al deseo de los que nos han dirigido lengua y pasión, a los que nos han tomado como causa y han transmitido algun modo mas o menos enmadejado de querer. Hacemos de nuestro ser como causa el martirio de existir, corremos en círculos para escapar de lo que no podemos dejar de encontrar como partida (sola, sin llegada). En cada vuelta se repite la tristeza de no encontrar mas que una diferencia que intentamos volcar en el molde de un pasado mal cicatrizado que hace eje de nuestro sufrir parlanchin.
Solo por amor, ese no religioso, que no pretende nada 'a igualdad y semejanza', puede el perro dejar de perseguirse la cola. Solo con alguna caricia que sonroje el corazón pueden los amantes encontrar sus justas palabras, esas dos o tres (o cuatro, o tal vez una y solo una) que toca la verdad de sus encuentros resonando en cada cuerpo. Elevar el vulgar piropo a la palabra que elijo para nombrar que hay lo que sin nosotros no existiría, me aleja de ser siempre, para siempre y cada vez ... mas de lo mismo.

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