martes, 15 de febrero de 2011

2011

Un día después del día de los enamorados, me propongo como meta para el año enamorarme de mi. Los últimos tres años han sido de quiebres, de grietas en la supuesta estabilidad que me mantenia en pie. Se cayeron muchas caretas, muchas mascaras. Los personajes que se intercambiaban mi cuerpo para jugar a la realidad fueron condenados al olvido y al ridículo. Tímido pero firme arremetió contra la locura un "yo" buscando que le devuelvan su trono.
Y mientras en mi cabeza el infierno desaparecía, el afuera, el resto de mi luchaba por mantener a flote estructuras viejas, conocidas, cómodas, familiares; todo en vano, porque a pesar de todo, eran estructuras insostenibles. Muchos días se vio el cuerpo en piloto automático, repitiendo acciones y reacciones; repitiendo emociones.
Para el 2011 que comienza, ahora que la actividad rutinaria vuelve a su curso yo quiero quererme, quiero descongelar lo mas helado en mi, lo mas reprimido, lo mas oscuro. Deseo reírme de mis vergüenzas, que desaparezca todo tabú, romper contra el piso toda imagen cristalizada y fija que se tenga de mi. Quiero hacer lo que nunca hice, conocer gente nueva, barajar de nuevo con todo lo que eso implique perder.

Quiero dejar salir mi ser a jugar al patio de la vida de manera definitiva, hacerle la chocolatada a la hora que sea y acostarme feliz conmigo mismo, como nunca antes. Yo me lo prometo.