domingo, 29 de noviembre de 2015

En el espejo de sus ojos encontrar el que fuiste sin saberlo...

La sensación de ver a quien fue elegido como amante mirando hacia otro lado. El sentimiento de enorme tristeza, de golpe duro y seco, el amarre de las tripas tensándose. Yace ahí, ya sin mí, libre para reencontrarme en cualquier esquina y proferir un devastador 'hola'. Lo único aun mas doloroso que este silencio que nos separa sería que un día el mismo se quiebre, que un día la distancia desfallezca, que nuestra esquina nos reencuentre y tengamos que honrar lo poco o mucho que nos llegamos a querer diciéndonos palabras amables (sentidas o no). El corazón se reparte en los distintos bordes del mundo que te cruzaron con otros. Solo así se explica que un buen día al darte la vuelta descubras al extraño amante que fuiste habitando lo ojos de quien, poco o mucho, te deseó.

viernes, 27 de noviembre de 2015

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(...) (serenos) (ser en nos) (ser es no) (seres no) (cerezo) (ser eso) (ser es o...) (seres o...) (seres) (ser es) (se res) (se reza) (se riza) (sé risa) (se roza) (ser osa) (ser rosa) (cerros) (eros) (error) (el horror) (el horno) (él hoy no) (él coimó) (él colmó) (el colmo) (el cómo) (¿cómo?) (como) (si, como) (no, como) (si, ¿como no?) (el cono) (él, ¿con?, ¡no!) (con él no) (con Noel) (sin Noel) (Noel sin 'sin' ni 'con') (Noel sólo) (Noel acompañado) (no, él acompaña) (él no acompaña) (él no, acompaña) (acompañá, él no) (...)

Tiempos construidos, nunca compartidos

El tiempo es una construcción y, de hecho, es una que surge con la construcción misma. El tiempo es una cosmografia, es una de las maneras con las que hemos dado a escribir la existencia en este mundo. Muchos intentan restarle sentido a este factor inexorable basados justamente en su artificialidad y aun asi, como la mayoría de las cosas sin sentido, el tiempo tiene un sentido: el progrediente. Nuestra intención al inventarle al tiempo su nombre es justamente sacar del medio lo que mas fuertemente nos golpea de él. Hemos ficcionalizado la eternidad donde solo existía un movimiento imposible de detener. Inventamos la capacidad de ponerle pausa a lo que no la tiene. Y surgen asi los usos del tiempo: el aburrimiento y la distracción como las formas privilegiadas de perderlo, la planificación morosa que - en una interesante torsión - lo adelanta para no llegar a él (al menos no con el corazón al descubierto), los desencuentros en cuanto modo de que se nos escape de las manos, la cita que lo detiene, localiza y aparta, los "demasiado pronto" que nos demoran, los "demasiado tarde" que nos aniquilan, etc. El tiempo pasó de ser un movimiento silencioso y decidido a tener un nombre y luego, usos en consonancia con nuestras grietas e indecisiones. 
Le hemos exigido se encarne en algún objeto que, en general, cumple con una característica central: hay algo cíclico en él. ¿Pero es acaso el tiempo cíclico como su objeto? Si hay algo de real en el tiempo, algo de inevitable, algo de indecible es que es discontinuo. Su discontinuidad esencial radica en la simple razón de que él avanza sin volver, no detiene su curso. Es este incesante ser del tiempo el que hemos tratado de asfixiar en relojes. Y ellos tanto han creído nuestro cuento imaginario de que son sus amigos que han instalado un agujero en nuestra ficción para alojar lo discontinuo. Lo cíclico, nos suelta la mano a las locuras de época y se alinea con lo real, que nos escenifica obscenamente en cada movimiento de nuestra creación. La arena que pasa por el orificio nunca lo hace de la misma forma y una vez cada tanto todo debe darse vuelta. Las agujas y los numeros vuelven una y mil veces a pasar por los mismos lugares y, sin embargo, siempre con un trayecto adicional en su haber. 
La percepción de esa inexorable imposibilidad de volver hacia atrás del tiempo es la sensación de la angustia sobre el cuerpo. Esa es nuestra señal de que el tiempo pasa y sin retorno. Podemos sufrirla, acallarla, anesteciarla, obviarla, taparla con nuestros usos fantasiosos del tiempo. Por no saber usarla es que la perdemos como trampolin que nos liberaria de nuestros des-tiempos. Huimos de ser seres en el tiempo hacia la eternidad inexistente de los sueños y bien sabemos que no hace falta dormir para soñar. Lo que intentamos obviar es que para vivir es necesario, ocasionalmente, despertar.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Mas de lo mismo

Solemos hablar con palabras imprecisas, vagas, equívocas, locas, tontas, pero sobre todo... injustas. Las mas de las veces decimos la palabra que nos ha dicho antes de ser, la que nos arrancó (d)el silencio. Prestamos cuerpo al deseo de los que nos han dirigido lengua y pasión, a los que nos han tomado como causa y han transmitido algun modo mas o menos enmadejado de querer. Hacemos de nuestro ser como causa el martirio de existir, corremos en círculos para escapar de lo que no podemos dejar de encontrar como partida (sola, sin llegada). En cada vuelta se repite la tristeza de no encontrar mas que una diferencia que intentamos volcar en el molde de un pasado mal cicatrizado que hace eje de nuestro sufrir parlanchin.
Solo por amor, ese no religioso, que no pretende nada 'a igualdad y semejanza', puede el perro dejar de perseguirse la cola. Solo con alguna caricia que sonroje el corazón pueden los amantes encontrar sus justas palabras, esas dos o tres (o cuatro, o tal vez una y solo una) que toca la verdad de sus encuentros resonando en cada cuerpo. Elevar el vulgar piropo a la palabra que elijo para nombrar que hay lo que sin nosotros no existiría, me aleja de ser siempre, para siempre y cada vez ... mas de lo mismo.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Piloto automático, lógica circular que escupe a su pasar seres iguales que conoció distintos; máquina de inventar alguienes iguales que exciten sin demasiada confrontación con lo distinto; amores ficcionales como respuesta a lo verdaderamente inédito que reside en lo que no queres mirar. 
Quien ha sido atrapado por la reproducción vive privado de crear lo bello de lo incómodo, lo desprolijo de lo posible y lo extraño de ser extraños en el amar. Amar con mayúsculas es saber encontrar en otros las minúsculas que resuenan y hacer poesía con ellas.