miércoles, 20 de abril de 2011

De temblar y lo cotidiano...

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Es increíble como temblaba. Era patético, se sentía patético. Ridículo le resultaba un temblor tan poco manejable a partir de una situación tan cotidiana. Era evidente que algo le generaba, que lo intranquilizaba con su sola voz. ¿Y que podía hacer el? Nada. No mas de lo que ya hacia por lo menos... temblar. Nervios como estos no habían consumido su ser desde hacia un tiempo ya, e incluso en esos momentos la cuestión era distinta. La mera sensación era distinta, mucho más el sentimiento que generaba. Notablemente oportuna fue la intervención de otros elementos de la cotidianidad que obligaron a ambos a dejar de ser el foco de atención el uno del otro. No obstante, ya volviendo como cualquier día en aquel colectivo blanco de los martes, no fue posible no reírse de las ironías que tiene la vida y recordar que ella está repleta no de otra cosa mas que de gente especifica y momentos específicos bañados de una cotidianidad que endulza de ilusión las historias humanas...

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