Hoy, por ejemplo, no se si me dan ganas de comer. Es raro porque la glotoneria suele ser mi distintivo. Me gustan los dulces, pero hoy no puedo cenar ni un simple pedazo de pan con agua.
Hoy me dió calor, como cuando mi papá me retaba por una macana de chiquito. Me acuerdo que cuando el apretaba el trapo yo me hacia pis en el acto. Me acuerdo el ardor de las mejillas. Me acuerdo el dolor de las clavículas. Hoy me dió ese calor, de no saber bien por qué pero haber generado algo que no podré jamas controlar con mis manos.
Hoy dudé algunas veces antes de escribir. Me siento tonto, algo pesado. Te escribí igual. Al parecer estabas ocupado porque bolilla no me diste. Me descontrola que me ignores, me brota no saber cómo hacer que me quieras y controlar ese querer. ¿Será que a amar se aprende entre calores y mejillas ardiendo?
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