domingo, 10 de noviembre de 2019
Palabras pendientes
A veces cuando sucede que alguien pierde a alguien mas yo me acuerdo de vos. Me acuerdo de los pendientes que no sabiamos que nos iban a quedar. Porque hubieras tenido muchisimos años si me esperabas hasta que yo me daba cuenta que me gustaban los pibes. Y para verme recibido hubieras tenido aún dos años mas. Siempre me pregunté que me hubieras dicho vos de Freud, de Lacan, de teatro, de las obras que leí. El primer libro que leí salió de tu casa despues de que se silenció para siempre. Nos quedó pendiente recomendarnos libros y charlar después ¿sabes? A veces pienso eso cuando leo que me hace preguntarme por qué el último libro que te vi leer tenia carabelas en la tapa. ¿Habrá sido de la conquista? ¿Qué habrías pensado de Galeano vos? ¿Habrás leído algo de Cortazar? A veces escucho que mejor que no estuvieras para el 2001 y todo lo que vino pero también pienso que te perdiste a Nestor y Cristina. Papá te extrañó mucho y no me enseñaste cómo hacer con sus lágrimas. Seguro vos sabías. Y no nos dejaste la receta de las rosquitas. ¿Sabes que soy apurado, como vos? ¿Y que doy mil vueltas para salir, como vos? Te extrañé y van casi 20 años. Es rarisimo pero esto que nos fue quedando suspendido en el aire es una de las cosas mas duraderas de mi vida. Extrañarte es lo mas largo de nuestra historia.
martes, 5 de noviembre de 2019
Sonoridades de un velatorio
Una hija cuenta, con la mirada perdida, que la llamó 8.15 y le preguntó por los hijos. Y ahí no escuchó más. "Me llamó la atención que no tuviera más voz".
Tres hombres entrelazados en un solo abrazo, en un solo llanto. Padre, hijo menor, hijo mayor. Pululan los politicos y politicas, sostenemos la situación entre las lágrimas que nos arrancan los de sangre en sus penas. Y hay gente como suspendida, sentadas o paradas con un halo disperso alrededor, como en una caída libre que no se detiene. Esas benditas expresiones: "estoy cayendo", "aun no caigo", "cayó". Mucha verdad en la paradoja de un cuerpo que aún detenido se precipita cayendo al abismo sin poder aterrizar.
Hijas, y nietos que son primos entre sí, y sus parejas que se miran unos a otros. Y el hijo, anda entre sus hijos pero no sabe cómo atajar a su madre.
"No me debe haber querido despertar. Para cuando me llamó… porque se ve que se levantó y… entonces lo escuchamos y no lo podíamos levantar… y la ambulancia no llegaba pero por suerte la de enfrente es enfermera. Y no llegaba la ambulancia. Hasta que llegó la policía.".
El desgarro producido por la desaparición de ese que era abuelo, y padre, y hermano, y padrino, y, y, y… Ruptura de lo inesperado en medio de plena rutina. ¿Alguna vez escuchaste el silencio posterior al momento en el que el mundo se quiebra para otro? Creo que se escucha ensordecedoramente en algunas miradas, y se palpa su relieve en algunas palabras que intentan surcir paisajes agujereados por la ausencia.
Una muy cercana llora a los gritos, otros se quejan de tanto ruido si no es sincero. Otra señala la culpa y todos se callan. Nadie cree necesario quedarse la noche entera pero todos acompañan la procesión silente del alma hacia otro lugar alumbrando la noche con sus vigilias. Luego, el ardor de su silencio, ahora eterno.
viernes, 26 de abril de 2019
Mudarse
¿Alguna vez nos detenemos y pensamos en lo difícil que es acomodar una vida para que entren dos? De gusto sería nomas, porque nada lo hace mas fácil. Hasta nos quitaría el aliento de compartirnos con otro si lo pensamos mucho, porque casi no tiene lógica alguna. ¿Como puedo vender estas marquitas de diez años de mi mesa si me gritan cada una la situación donde escarbaron la madera buscando refugio? ¿como deshacerme de los libros que son eternos pendientes de lectura cuando garantizan con su habilidad para juntar polvo la promesa sustentable de que alguna vez llegará el dia de leerlos? ¿cual seria el sentido de tener nuevas sillas cuando estas tienen el valor de no valer nada, lo suficiente para no extrañarlas pero no tanto como para desconocer que hay cosas en la vida que mejor si se mantienen indiferentes antes que juntar esa potencialidad de faltarte y que duela? ¿por qué cambiar el tele por uno mejor y con menos fallas si cada vez que se apaga me encanta que me robes un beso en la oscuridad y hacerme el que sos un zarpado y prender la serie de nuevo a la espera de repetir? ¿para qué hacernos los pintores profesionales y lijar una pared para pintarla y lijarnos las manos tontamente si para raspones tenemos todos los topetazos que nos damos cuando nos planteamos esas escenas de celos en las que nadie cree? ¿no seria ilógico que juntemos todas nuestras ollas cuando no hay manera de reunir nuestras formas de revolver los tucos? ¿para qué intentar unir tus vajillas con las mias si siempre nos cuesta decidir cual es el plato principal del almuerzo o la cena porque a vos no te gusta repetir y a mi no me jode? No me vengas a mi a hablar de la jabonera de porcelana porque ya discutimos mil veces sobre lo torpes que somos y que la vamos a hacer mil pedazos. ¿Por qué vamos a fingir que yo también voy a lavar los platos si siempre espero a que llegues y no toleres mi pilita de la semana y la laves con tu taza del desayuno? No entiendo el valor práctico de una plancha, y no podría entenderlo si me lo explicas con tu camisa impoluta y calentita. Tampoco te ofendas porque tus manchas las saca mi lavarropas aunque no pueda nunca lavar lo negro de los silencios cuando los hacemos.
Lo que pasa es que tampoco es posible que nos hagamos los tontos respecto de que tenés llaves desde hace mas de un año porque vos también te escarbaste un refugio en mi carne. Es que me gusta cocinarte para ver como comes tan distinto a mi, lento y tranquilo. Es que me es imposible entender qué te haría dormir en tu cama sólo cuando despertarnos juntos es tan gracioso para vos por mi pájaro loco en la cabeza y a mi tan divertido porque el perro te lame y lame hasta obligarte a darle bola. Pasa que no es mas sencillo ignorar la tendencia hacia donde avanzamos haciéndonos los tontos. Es muy difícil dejarte elegir una alfombra de baño con la excusa de que no te gusta mojarme el piso y no decirte que a mi tambien me gustaría que tus pies caminen descalzos en mi casa todos los días.
Pero bueno. En estas cosas no hay que pensar porque al final no te dormís mas pensando en lo lindo de los abrazos y lo incómodo de una mudanza y tampoco es el eje.
Lo que pasa es que tampoco es posible que nos hagamos los tontos respecto de que tenés llaves desde hace mas de un año porque vos también te escarbaste un refugio en mi carne. Es que me gusta cocinarte para ver como comes tan distinto a mi, lento y tranquilo. Es que me es imposible entender qué te haría dormir en tu cama sólo cuando despertarnos juntos es tan gracioso para vos por mi pájaro loco en la cabeza y a mi tan divertido porque el perro te lame y lame hasta obligarte a darle bola. Pasa que no es mas sencillo ignorar la tendencia hacia donde avanzamos haciéndonos los tontos. Es muy difícil dejarte elegir una alfombra de baño con la excusa de que no te gusta mojarme el piso y no decirte que a mi tambien me gustaría que tus pies caminen descalzos en mi casa todos los días.
Pero bueno. En estas cosas no hay que pensar porque al final no te dormís mas pensando en lo lindo de los abrazos y lo incómodo de una mudanza y tampoco es el eje.
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